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| Elena y María disfrutaron del día entre risas |
La mañana levantó brumosa en Villanueva del Rosario. Los alumnos también. Por fin había llegado el día tan señalado, la soñada “GRADUACIÓN”. Las mochilas, esta vez (y solo esta, es la primera fiesta que organizan este año los del 4º curso), iban cargadas de refrescos y bolsas de patatas y otras porquerías, sí, parecían la despensa de Pepe Mates. 
Pronto se desbordó la alegría y estas chicas, que detestan el bailoteo, se subieron por las mesas desaforadamente, para disgusto de Gloria, que acababa de recibir la demostración empírica irrefutable que despejaba todas sus dudas: sí, estas niñas están mal de la cabeza. Aunque no hemos podido recabar aún ningún documento gráfico de este episodio bailongil, podemos afirmar que ocurrió.Luego, en un salón de actos abarrotado, llegó el turno de Mr Kat, que hizo las delicias del respetable con sus temas propios y las versiones de clásicos de actualidad como “borriquito como tú” (Peret), “apuesta por el amor” (Lola Flores), “ torito guapo” (EL Fari), “no me gusta que a los toros te lleves la minifalda” (Manolo Escobar) o la aclamadísima “ canción del tamborilero” (Raphael) que cerró el concierto entre lágrimas incontrolables. El grupo hubo de salir escoltado por la policía nacional ante la locura desatada de sus admiradoras, que estuvieron a punto de provocar un problema de orden público.
Finalmente, tras una larga jornada de peluquería, maquillaje, llantos, otras vez maquillaje porque la pintura se había caído por los llantos, etc las alumnas de 4º de ESO se plantaron en el edificio “multiple” donde sus sufridos compañeros las esperaban desde hacía horas. Todos juntos esperaron a Adrián, que había tenido un problema con el flequillo que pudo ser resuelto solo muy a última hora.El acto de graduación se caracterizó por la brevedad y la ausencia de lágrimas. Pepa y Soledad, presentadoras de la gala, se las vieron con el atril, con los focos y sobre todo con el técnico de sonido, que un año más, declaró Paco (plástica), “había demostrado la profesionalidad y el saber hacer que atesora”.
Durante la proyección de los vídeos realizados para la ocasión pudimos recordar momentos memorables del pasado curso como los zapatos de Pepe (que tu pie derecho no sepa lo que lleva el izquierdo) o la especial habilidad de Manolo para integrarse en las coreografías que diseñan sus compañeras, la sombrilla vuelta de Fernando o los felices momentos vividos desde 2007 con especial recuerdo a profesores como Raquel y Abril, que estuvieron en el centro y dejaron un buen sabor de boca antes de la llegada de impresentables como Valeriano o Juanma.
La gran decepción de la noche la padecieron José Luis (el alumno de ese nombre, el profesor homónimo lo pasó en grande) y Mario, que no pudieron dar el clavel a su ídolo José María (E.F.), por lo cual, al término del evento, se lamentaron, contrariados: “para nosotros este profesor es como Chuk Norris, así que imaginen la desilusión que tenemos”.Por último nos desplazamos al restaurante Ulises para vivir una auténtica odisea con la comida y preparar el cuerpo para el resto de la noche que se desarrolló en el Albahaca hasta bien entrada la madrugada.
Los churros cerraron la fiesta, churros con lágrimas.
